martes, 25 de marzo de 2008

Marcelle Naturaleza


Lo confieso: Soy un niño de treinta y pico. Y más cuando voy con mis hijos al zoo. esta semana santa aprovechamos para descansar en mi pueblo, O Saviñao, en Lugo. Y como el espacio natural de Marcelle, está a una hora escasa de casa, nos embarcamos en una visita de un día.

Desde pequeño, cuando vivía en barcelona, junto al parque zoológico: Siempre me he sentido emocionado cuando los visito, quizás porque he sido consumidor infantil de películas de aventuras de tarzán, y ya de adulto soy de los pocos que se apunta a los documentales de la dos y del National Geografic. Detesto los zoo almacén, donde los animales se muestran como seres alienados. Cuando llegue a Galicia y visité por primera vez el zoo de vigo me prometí, que no volvería a llevar a mis hijos hasta que ese almacén de seres vivos no cambiase. Hoy en día el proceso de reforma y animalización del parque, aun sabiendo que hay mucho por hacer, hace que visitarlo sea más fácil.

Pero volviendo a la visita: Llegamos a al mediodía a Marcelle. El día amenazaba lluvia. Encontrar el parque no fue difícil. Carretera lugo a coruña, a lo pocos Km hay un cartel indicador a la derecha( un poco pequeño), desde ahí a tres kilómetros encontramos el parque. Aparcar no es difícil, ya que dispone de tres áreas de aparcamiento junto a la entrada. sería bueno, sin embargo que delimitase los espacios de aparcamiento, ya que si lo hacemos los usuarios acabamos ocupando sitios con un coche, en los que caben dos.

A la entrada del recinto se encuentra el restaurante, en el que hay que reservar con antelación, de lo contrario, al igual que nos pasó a nosotros, se deberá optar por un sencillo picnic en el área interior.

Pagamos la entrada (dos adultos y dos niños 24euros), y nos asomamos al parque. Antes de seguir: La primera impresión es excelente, muchos directores de zoo deberían pasar por Marcelle para ver como se deben presentar los recintos de los animales. Amplios, despejados, con vallados de madera, poca presencia de metal y casi nula sensación de zoo. felicidades.
En la entrada es muy recomendable pagar los dos euros extra para ver la zona de la reserva con guia.

El recorrido es estupendo, los niños, con los ojos como platos, se acercan a los espacios donde están los animales. Amplios, recreando el ambiente natural en el que viven en libertad. Interrelacionando especies. No hay sensación de parcelación de animales. ayuda el hecho de que prácticamente todos sean herbívoros.


Hicimos una primera visita rápida a todos los recintos, ya que acompañarse de niños hace que sea necesario satisfacer su necesidad inicial de verlo todo. primera impresión: Sobresaliente.

Nos dirigimos después a la zona de recreo para comer. Y siguen las felicitaciones: Bien por el área de juegos para los niños. En cuanto a la comida, brutal la hamburguesa familiar de 900 gr. Son para compartir, aunque vi a mas de dos que se metieron entre pecho y espalda una entera. nosotros optamos por compartir una los adultos y unos bocatas para la peque. Para el enanito de la familia, los amabilísimos empleados de la cafetería nos calentaron su papilla. Gracias por el servicio y las sonrisas.
Después de comer los peques decidieron pasar un rato en los toboganes y columpios que tienen a su disposición. Mientras nosotros nos relajamos tomando un café en las mesas que están junto al área de juegos, disfrutamos del entorno, nos acercamos a ver la familia de asnos que protagonizan las escenas simpáticas del día. y nos preparamos para la segunda etapa del día, en la que realizaremos una visita guiada a la zona anexa de la reserva, en la que los animales están en libertad y nosotros con ellos en un precioso bosque joven de robles. y volveremos ha visitar los recintos pero con más calma, explicándole a los pequeños las características de los diferentes animales.

La ayuda que prestan los carteles indicativos de los recintos sera impagable.

Así que una vez se han divertido los peques, nos dirigimos a la entrada de la reserva. tenemos hora para las 15,30 y como buenos visitantes nos presentamos cinco minutos antes de la hora de visita. Nos recibe el guia, que será protagonista amabilísimo y educativo del recorrido por el área.

Sólo al principio del recorrido vemos animales en jaulas. Un jabalí que debe mantenerse separado por su peligrosidad. Y unos simpáticos cerdos vietnamitas. Una vez recordado George Cloney. Nos dirigimos por entre los arboles a recorrer la zona de la mano de nuestro guia. no se como serán los demás guias, supongo que visto el nivel de los empleados del parque, buenos, pero este además nos ha presentado el recorrido de manera afable y simpática, las risas acompañaran el resto del viaje.

Vemos gamos, algún walabi, y a las avestruces, Vestigios de las antigua granja que fue esta reserva. Y a los ñandus. La fuente, las cabras. La joven arboleda. se nos hizo corto, y eso que tardamos más de lo que es habitual según nuestro acompañante.
Al salir decidimos hacer un repaso tranquilo del parque. Volvemos a la zona de los bisontes y las cebras, y poco antes de salir vamos al reptiliario y a despedirnos de mapaches y suricatos. volvemos a visitar a la mama walabi de cuya bolsa asoma una pequeña cría. Respondemos a las últimas preguntas como podemos. Hacemos las fotos finales a los dromedarios. Y pasamos por la tienda al salir. si se va con niños es visita inexcusable.
Algo si nos ha quedado claro. volveremos en poco tiempo.