José Peñín del grupo Peñín, que edita cada año la guía de vinos españoles, que lleva el mismo nombre, cató este mes los caldos de la Denominación de Origen Ribeira Sacra, que aparecerán referenciados en esta guía que se publicará en octubre. En total cató durante la mañana 63 muestras, 11 de blancos, una de ellas de barrica y 52 de tintos, 10 de ellas de barrica.
Destacó José Peñín el trabajo en Galicia con las variedades autóctonas. A la hora de hablar de Ribeira Sacra recordó una cosecha de los primeros años de la D.O. que calificó de excelente, según él, aquel vino le dejó un recuerdo imborrable y considera que en aquel entonces Ribeira Sacra hizo los mejores tintos jóvenes de España. Asegura que la mencía de Ribeira Sacra es distinta, con unos caldos muy afrutados, aromáticos y frescos. En los tintos actuales José Peñín apuesta porque se bajen los rendimientos en cepa y se aplique una conducción a la viña apropiada a la zona.
Hasta aquí, todo bien. Yo que en estas artes soy un mero aprendiz digo amen a la opinión del Sr José Peñín, tomo nota y sigo. Pero, acto seguido, durante la cata se le hizo una pregunta al Sr Peñín:¿ Hacen buena pareja la mencía y la barrica?
José Peñín entiende que mencía y barrica no son un buen matrimonio. Aconseja para los barrica de Ribeira Sacra utilizar barricas de segundo año que dan al vino características más tamizadas, porque considera que la madera es un elemento extraño que irrumpe en el vino y hay que tratar esta conjunción con una delicadeza extraordinaria.
Y aqúi me permito una pequeña opinión: Quizás para el Sr Peñin no casen bien, pero un pueblo que quiera ser tal debe innovar, pero desde la tradición. ( espero que esto no me quede muy Santamaría). Y si alguien de los que recibieron al Sr Peñin, se hubiese preocupado de acercarlo en una visita amable, a ver la colección de barricas del ecomuseo de Arxeriz, algunas de ellas de más de 100 años, de cuerpo y aros de madera de carballo y castiñeiro. Quizás viese que juntar madera y vino forman parte del bagaje cultural de un pueblo. No digo que su opinión no sea valida, sino que puede que no tenga toda la información para ser más matizada.
Y la culpa no es del editor Peñín, sino de los que lo reciben y no aprovechan para explicarle el orígen y los matices de nuestro vino, y digo nuestro porque el que aquí escribe es hijo de un aldea de O Saviñao.
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